El vuelo de Alitalia fue muy bueno y además sirven catering a bordo, pero escasitos bastante y sin mucha ilusión. Tan sólo piquitos sin más y zumo de “Aranja Rossa”, que por cierto el “juguito” muy bueno de naranja rosa.
Llegada a Fiumicino a las 3 de la tarde para dirigirme a la estación de tren del propio aeropuerto y de ahí coger el “Leonardo Espresso” que me lleve a la estación de Termini en 30 minutos sin paradas. El billete cuesta 14 € y el tren se acababa de marchar, habría que esperar una media hora aproximadamente, pero se me acerca una chica y me dice en español que si quiero salir ya por el mismo precio del tren, le digo que si pero ¿qué hago con el billete?, - ma non te preocupare, io te lo cambio - se lo quedan ellos, la chica es de una agencia de transporte de servicios shuttle del aeropuerto. Pues nada, como dirían mis amigos mexicanos, ahi que me aventé con 5 españoles más, allá que vamos para la ciudad imperial.
Finalmente tengo la suerte que el tipo de la minibús pasa por el Coliseo, justo al lado de mi hotel y le digo que pare. En principio me dice que no, claro porque cuando me acercaba a la taquilla y le canjeaba mi billete de tren por irme en ese transporte con él me dijo que 15 € y le dije que no, no por regatear (que me encanta), sino porque la chica me dijo que por el mismo precio del billete me llevaban pero a éste no le debió hacer mucha gracia aunque finalemente aceptara. Cuando pasaba por el Coliseo Romano y al ver mi hotel me decía que no, que a Termini y empecé a insistirle, - anda si no te cuesta nada parar aquí … - Pues eso, al final me dejó alli cosa que me ahorré tiempo en coger un bus, taxi o metro que me llevara al hotel y al final me salió más económico de lo esperado.
Por cierto, el hotel de los peores que he estado nunca. Se llama Hotel “Mercure Delta Colosseo”, lamentable … Quise aprovechar la tarde y ahí que me fui al centro de la ciudad. Me lo pateé hasta bien entrada la noche, desde Corso hasta la Fontana di Trevi para de alli ir a Piazza Spagna hasta llegar a la Piazza del Popolo y bajar hasta el Paramento y el Pantheon, donde muy cerca paré para cenar un Ossobucci a la Romana. De alli hasta Piazza Venecia, de regreso al hotel caminé por el Foro Romano hasta el Coliseo espectacularmente iluminado y bello como lo es toda Roma.
Al día siguiente, mi segundo día en Roma diluviaba. En honor a ese día y como todos los días desde que nací, no lo recuerdo sin lluvia el día de los muertos o todos, toditos los santos. Mi abuela "meme" me decía siempre que era el cielo que recordaba a los que no estaban con nosotros con lágrimas.
Con la lluvia se me rompieron los planes para ir al Foro y visitar el Coliseo de día, asi que hice tiempo paseándome por la Piazza de la Republica en bus y metro hasta que prácticamente escampaba para de alli dirigirme al Vaticano y a la Piazza di San Pietro. Como diría el bueno de “Gila”, monologuista por excelencia ahora que se ha puesto el término de moda. Gila cuando entró a la Basílica dijo – “hay que ver esta gente, que empezaron con un buey, una mula y un portal de paja y la de dinero que han hecho” –
Pues si, vergonzoso por esa parte y que todavía como ahora en España surja el debate de la visita del Papa para que tenga que salir de nuestros bolsillos, el de todos ...La visita papal a Inglaterra tuvieron que sacar el “cepillo” para que pudiera ir. Porque entre el cepillo de pedir y pedir que se cepillan, son los únicos que lo llevan practicando por los siglos de los siglos, amén: y Jesús dijo ... “dejad que los niños se acerquen a mi” y claro los curas y la iglesia se lo tomó al pié de la letra.
Lo que sí hice es subir a la cúpula de la basílica, donde se divisan unas vistas espectaculares de la ciudad. La subida es tremenda no aptos para claustrofóbicos/as, con una infinidad de escalones hasta llegar a lo más alto. Aunque puedes hacer una parte en ascensor, los escalones del final hasta llegar arriba son matadores y según aparece en los carteles de precaución los que sean susceptibles de arritimias o de ataques al corazón así como quien padezca de claustrofobia está prohibido subir, alea jacta est …
Después de trepidante día de lluvia y de gran caminata tenía una mezcla de olores más relevante que las propias plantillas de “El Fugitivo” y por eso tenía muchísimas ganas de llegar al hotel para darme una ducha y cambiarme. Ya en otro hotel, porque la noche anterior me reservé una habitación en el Hotel Borromeo porque no aguantaba ni una noche más en el otro.
A la mañana siguiente me puse el despertador a las 7 porque quería levantarme temprano para desayunar en el buffet del hotel, que por cierto muy bueno a diferencia del otro y mucho más barato, para ir a visitar el Coliseo y el Foro Romano antes de salir para Amsterdam.
Y eso hice, compré un día más el bono de transporte público de un día por sólo 4 € que te permite hacer uso de metro, tranvía, bus, etc por esa cantidad y hasta las 12 de la noche del mismo día. Si quieres un viaje te cuesta sólo 1 € pero el conductor no cobra y pasa además de hacerlo y de siquiera mirarte, por lo que es fácil colarse previo riesgo que te pillen en un control y pagar 40-50 €. Ya podrían tomar nota algunas ciudades como la de Málaga, Madrid, Valencia o Barcelona donde el transporte público cada vez es más caro.
Hay otra cosa que merece la pena si te quedas almenos 3 días que es el Roma Pass y que te permite la entrada a toda la Roma histórica, museos, etc por 25 € además de incluir el transporte público para los desplazamientos. Algo muy recomendable y que sale a cuenta en el caso que te quedes 3 días o más.
Finalmente y después de quedarme completamente enamorado de la ciudad, me pongo en marcha para regresar al hotel coger mi maleta y mis cosas para dirigirme a la estación de Termini y de alli esta vez si cogí el tren que me llevaba de nuevo a Fiumicino para de alli salir con vuelo de Alitalia directo a la ciudad de los canales que me servía de escala para viajar a Kuala Lumpur y finalizar mi primera etapa del viaje.
En la próxima cuento mi aventura de quedarme tirado en el aeropuerto de Schipol por el overbooking del vuelo a Kuala Lumpur y de cómo un “hiodelagran” de seguridad quería quedarse con todos los líquidos que a pesar de cumplir con la legislación vigente me los retiró, aunque luego los recuperé.
Ahora mientras tanto, tirado en un sillón de diseño ergonómico en uno de los hall del aeropuerto terminando de escribir estas “letrillas” en el aeropuerto de Amsterdam con el “wifi” conectado pensando aún en volver con alguien especial para compartir esos momentos de estos 2 días y medio atrás
Roma (im), nada asi ...
3 comentarios:
Fantástico relato amigo mío. Parece como si estuviera viajando contigo y compartiendo tus experiencias. Ya estoy esperando el capítulo de Kuala Lumpur. Un abrazo y cuidate mucho.
no pares de escribir!soy tu mas ferviente seguidora Willy Fog
Muchas gracias, ya lo tengo casi porque he ido escribiendo en el vuelo. Recién aterrizado en Kuala Lumpur y ya mismo lo subo, en unas horas ...
;D
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